La Aceptación, dentro del marco conceptual que aprendí de la Licda. Moraima Nuñez Lara, (creadora de las técnicas psicopedagógicas de crecimiento emocional-social y pilar de esta disciplina en el mundo occidental) es uno de los conceptos más hermosos, más profundo y que más crecimiento emocional genera en quienes vienen a terapia.
Hemos aprendido de la sociedad a rechazarnos, a vivir inconformes con nosotros mismos, aprendimos por ejemplo a no aceptar estar tristes, o sentir miedo, aprendimos a “ser bellos” si cumplimos con ciertos patrones físicos o comportamentales. ¿Quién no recuerda frases como: “Igualito a su padre”… “sacó los ojos de su madre” … “míralo, igual de valiente que el abuelo”? comparaciones que aunque sin duda están inspiradas en el amor, fomentan en los niños la búsqueda del reconocimiento afectivo a partir de crear una identidad personal basada en valores del otro, lo cual constituye un aprendizaje social-familiar de “no aceptación”, de no valorar tu propia identidad única e irrepetible, generando fallas en la Autoestima.
¿Qué tal si estimuláramos a niños y jóvenes “a amarse y aceptarse como únicos e irrepetibles? Enseñarles a quererse, amarse, a respetarse a si mismos. Por supuesto ésto implica que tu como adulto también seas capaz de hacerlo. ¿Te aceptas a ti tal y como eres? ¿te miras al espejo y sientes amor hacia esa imagen que es tu reflejo? ¿o por el contrario rechazas tu nariz, tu color, tu pelo, tu voz? ¿Enalteces tu características propias? “Aceptación” significa amarte tal y como eres, hacerlo de cabeza y corazón, es decir pensándolo y sintiéndolo con profundidad, con compromiso contigo mismo, con ternura hacia ti. Cuando no estamos acostumbrado a hacer este tipo de ejercicios, puede ocurrir que inicialmente te cueste un poco, te sientas incómodo, de ser así créeme que te vendrá muy bien insistir y hacerlo, y te recomiendo que vayas paso a paso, sin pensar “yo no sirvo para esto, no siento nada”, por el contrario piensa que estás dando tus primero pasos, sin juzgarte, podrías repetir -“estoy aprendiendo a aceptarme tal y como soy” y progresivamente en la medida que practiques el ejercicio de amarte y aceptarte cada día, llegarás a sentirlo fluido hasta que estas ideas se incorporen a tu conciencia.
El ejercicio es sencillo, frente al espejo cada mañana mírate y dedícate unas palabras de amor y aceptación, tanto a tu imagen física como a tu manera de ser, a tu vida en general. Por ejemplo: -“Yo (colocas tu nombre) me amo, me acepto y me respeto tal y como soy, porque yo soy yo, único e irrepetible, me encanta ser como soy, amo y acepto mi cuerpo, mis emociones, mi vida, me amo al 100%”… Completa el ejercicio, reforzando esta acción, estando consciente durante el día y hacer comportamientos que expresen tu amor y tu aceptación propia, como pueden ser: dedicarte un pensamiento contador (llamado positivo en otras disciplinas), dedicarte un cariñito por ser tu mismo, regalarte algo simbólico, en fin “amarte y aceptarte” mucho, lo mereces. Recuerda: “Sé tu mismo, acéptate”…Nos leemos en la próxima publicación… Adéu
…”¿Y qué pasaría si hoy fuera el último día de tu vida? ¿qué te llevarías de recuerdo al otro lado?… fragmentos del Curso “Lo sagrado en ti” de Julio Serna.